
Desde el punto de vista geomorfológico, la cuenca del Río Mayor y el fondo de valle en el que se encuentra Sada, se corresponde con la Serie de Órdenes, que según explica la memoria del MGE E:1:50.000, es “eminentemente detrítica, de gran potencia y con una granulometría variada”.
Nos encontramos, por lo tanto, un territorio en el que domina el “material suelto” producto de la erosión, del transporte, de la meteorización y de otros procesos geológicos externos (las arcillas son el ejemplo de este tipo de material), que se acumula en zonas de topografía deprimida.
El tipo de suelo que se desarrolla en este gran conjunto geomorfológico es de tipo zonal, desarrollado bajo factores fundamentalmente climáticos y habitualmente caracterizado por disponer de un horizonte superficial grueso oscuro, ácido y rico en materia orgánica.

El Mapa de solos de Galicia (F.Macías -R.Calvo de Anta), señala el dominio de umbrisoles y la presencia de suelos gleycos en las áreas más deprimidas.
Los umbrisoles, desde el punto de vista hidrológico, no tienen unas características bien definidas ya que su textura y profundidad varía ampliamente. Son suelos, por lo general, moderadamente profundos, medianamente texturados, permeables y bien drenados en los que pueden aparecer gravas, piedras y cantos rodados a lo largo del perfil, con buenas condiciones de fertilidad asociada al elevado contenido de materia orgánica en su horizonte superficial.
En zonas de pendiente son sensibles a la erosión si se ven expuestos a lluvias torrenciales tras roturar, por ejemplo, la cobertura vegetal que los protege.
En áreas bajas con una capa freática próxima a la superficie, en hondonadas o en valles los umbrisoles suelen cohabitar con gleysoles en sitios concretos sin problemas de drenaje.
Como es el caso que nos ocupa, los umbrisoles cultivados durante siglos, han ido acumulando gran cantidad de enmiendas orgánicas y materiales terrosos.
La presencia de suelos gleycos en la cuenca del río Mayor, está referenciada en el mapa elaborado por Macías y Calvo de Anta, que identifican claramente dos áreas: las lagunas de As Brañas y el espacio de A Braña en el tramo inmediatamente anterior al casco urbano de Sada.
Son suelos caracterizados por estar permanentemente encharcados o por sufrir procesos de encharcamiento durante largos períodos de tiempo, todos los años, debido al ascenso hasta la superficie o cerca de ella de la capa freática.