No cabe duda de que en muchos ámbitos del mundo actual, la tecnología ha reemplazado al papel y un ejemplo de esa sustitución la encontramos en los navegadores GPS que nos ayudan a movernos por la ciudad, que nos dicen cómo y cuándo tenemos que tomar una decisión detrás del volante, que nos «obligan» a conocer el espacio a partir de la estrechez de unas limitaciones que nosotros mismos establecemos.
En esta interesante entrada de Deborah Farmer Kris, se incide en que la lectura mapas es una herramienta importante para que los niños desarrollen habilidades de razonamiento espacial y en el torbellino digital actual que todo lo domina, es una interesante llamada de atención respecto a la consideración de la lectura de los tradicionales mapas como algo obsoleto.
No es un renegar del progreso, es evidenciar que leer un mapa nos induce a construir nuestro propio mapa, a crear una herramienta virtual a través de la que vamos a decidir el cómo, el cuándo y sobre todo el porqué queremos ir por una determinada ruta y no por otra.
Tal vez no sólo convenga a los niños leer y dibujar mapas.
¿Jugamos?